La empresa Font Salem, localizada en Meres (Asturias), tiene una historia realmente curiosa, ya que originalmente, sobre los terrenos que ocupa, existió un antiguo manantial que aportaba sus aguas a la fábrica “Anís de la Praviana”, que dejó de existir en la última década del siglo XX. Sobre esa misma ubicación y, aprovechando la existencia del manantial, se estableció la empresa envasadora de bebidas INBESA. Esta última, que primero perteneció al grupo Fuensanta, pasó posteriormente a manos de la sociedad Valle Ballina y Fernández, El Gaitero. En el año 2021 fue vendida a la empresa internacional Damm y absorbida por su filial valenciana de Font Salem, gran multinacional dedicada a la distribución y al co-packing de cervezas, bebidas gasificadas y agua. En la actualidad, el volumen de trabajo de la empresa es enorme, cosa que se refleja, en el tráfico y movimiento de mercancías que se desarrolla a su alrededor.
Y así, en la actualidad nos encontramos con que esta fábrica es una de las colaboradoras más activas del departamento de Industrias Alimentarias del IES Escultor Juan de Villanueva, pues ayuda a complementar las competencias del alumnado con la realización de unas prácticas en empresa muy completas y, además, durante años, ha contratado a multitud de alumnos/as para trabajar en sus instalaciones.

Una forma más de colaborar con el departamento es permitir las visitas a sus instalaciones de Meres, donde todos los años nos reciben con gran amabilidad y donde nos explican y muestran el funcionamiento de la empresa.
En sus instalaciones reciben los componentes básicos de infinidad de bebidas, así como las latas de aluminio donde van a ser envasadas, realizan las adiciones correspondientes y las mezclas necesarias, gracias a su manantial de aguas subterráneas (sobre el cual llevan un control diario exhaustivo). En nuestra visita del viernes 20 de enero de 2023 recorrimos las plantas donde se produce el mezclado, la agitación y la pasteurización de distintas bebidas con fórmulas completamente diferentes, con carbonatación o sin ella, donde se les realiza controles en planta (pH, grados brix y acidez total potenciométrica) y también controles de laboratorio (su laboratorio está equipado con gran cantidad de equipos profesionales, tanto para el análisis microbiológico como para la realización de pruebas físico-químicas). Nos mostraron como realizaban el control sobre las latas de los distintos lotes que llegaban a la fábrica, así como control sobre el cierre de las tapas de las latas de aluminio. También nos mostraron equipos para el control en continuo sobre el proceso productivo de ciertos parámetros, como el pH, el contenido en CO2 o la acidez de las mezclas.


Tras el cierre de las latas y su paso por túneles de pasterización, pasamos a la zona de embalado (normalmente en bandejas 20 unidades con plástico retractilado y asa de cartón o plástico). Estas bandejas pasan por cintas donde brazos robotizados las ordenan para enviarlas a su organización en pallets, que son inmediatamente retractilados y almacenados en grandes naves, en las que esperarán entre 4 y 8 días (un periodo de cuarentena/espera), hasta que el laboratorio da su visto bueno y puedan salir a los transportes.

Los almacenes de producto terminado son enormes pilas de pallets de latas organizados en pasillos y en alturas que se extienden todo lo que da la vista, es increíble la cantidad de envases que pueden llegar a contener.

Y así terminamos nuestra visita, no sin antes dar las gracias a Emilio Montes, coordinador de producción y a Jorge Pérez, jefe de planta en producción, por su amabilidad y buen hacer a la hora de explicarnos las labores que realizan en esta gran empresa de distribución de bebidas.