Es una buena época ésta, antes de las celebraciones navideñas, para recordar en qué consiste la alimentación saludable. En este número de la revista vemos cómo el recurso gráfico de la pirámide alimentaria tuvo un antes, en forma de rueda, un presente que se corresponde con la imagen que ves a continuación, y tiene también un futuro en el que debe adaptarse a las evidencias científicas disponibles en la actualidad sobre nutrición humana.
Esta es la última versión española ( de 2019) de la pirámide de los alimentos. Siguen apareciendo las bebidas alcohólicas, los dulces, los embutidos… bajo la indicación de consumo ocasional y moderado (expresión, por cierto, bastante ambigua). Por supuesto son alimentos que están el mercado, que podemos comprar y consumir. Pero, ¿deben aparecer en una pirámide de alimentación saludable, en una herramienta educativa para fomentar la salud?. ¿No están ya hasta en la sopa? Son los más publicitados, los que ocupan más superficie en los lineales del supermercado, los que se venden en cualquier esquina ( máquinas expendedoras, quioscos, gasolineras…), los que tienen envases más atractivos y ni siquiera requieren preparación para su consumo.
Pero no, no son saludables, no se puede tener todo. Ya los sabemos. La SENC lo sabe. Pero oye, ahí están.

El llamado «Plato de Harvard», que realmente surge ya hace una década a partir de un modelo anterior más simple denominado «MyPlate» , es interesante porque no hace ninguna concesión a los alimentos ultra-procesados, a los excesivamente dulces o salados ni a las bebidas alcohólicas. Se centra en la calidad de la comida y en combinar los alimentos para que, cada día, podamos tener menús saludables y variados.
Si te apetece ver ejemplos para poner en práctica ya mismo, anímate a leer la revista. ¡Y no olvides que en las fuentes de información puedes ampliar y profundizar en los contenidos de la revista!